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Perder a un ser querido

Una de las cosas más dolorosas en la vida de una persona, es perder a un ser querido y es complicado explicar a quiénes no han vivido esta experiencia, cómo se siente recibir un golpe de realidad que te demuestra que no podemos controlar a la muerte, que la vida es efímera que parece durar un sólo segundo, pero por sobre todo hacerles entender todo lo que pasa después de recibir esa horrible noticia, ya sea por enfermedad, por un accidente o por suicidio cualquiera de estas pérdidas es sumamente difícil es un proceso lento que necesita tiempo y paciencia.


Cotidianamente nos encontramos rodeados de la muerte, de alguien que conocemos, de alguien cercano, parientes lejanos o algún conocido de alguien, y a pesar de que su presencia es permanente a nuestro alrededor, pocos de nosotros pensamos en la posibilidad de que nos suceda a nosotros peor aún a alguien que amamos.


Escribí esta entrada pensando en quienes atraviesan por un pérdida de este tipo, pero sobre todo para quienes no lo han hecho y no saben cómo actuar o que decirle a alguien que se encuentra en el proceso.


Existe un momento de shock al recibir la noticia, una parte real de no poder creer lo que paso, o no querer aceptar el inmenso dolor que acompaña aceptar que alguien a quien amas está muerto. Hay una inmensidad de teorías acerca del proceso de duelo, se habla en libros, artículos etc de una serie de etapas por las que atraviesa la persona que se encuentra en este proceso, desde Negación, Irá, Negociación, depresión hasta la aceptación, aunque existe un poco de verdad en esa teoría no se trata de una regla o de una serie de pasos a seguir, que quién este en el proceso este obligada vivir o experimentar de esa manera, cada persona es diferente, y por lo tanto, cada proceso también lo es y cada quién tiene su forma de superar algo así. En la única parte que concuerdo es que la primer reacción en mi caso, en mi familia y a otras personas cercanas han experimentado una pérdida, es este estado de shock, dónde no puede asimilarse tan rápidamente la realidad de lo que acaba de suceder, es como si se tratara de un estado de vaivén emocional, momentos donde por segundos, minutos, horas enteras olvidas lo que pasó y todo parece ser normal, y momentos donde recuerdas lo que paso y vuelve esa sensación de enojo, tristeza, angustia que repito en cada persona es diferente, saber cómo comportarse junto a alguien que ha perdido a un ser amado es difícil, aún para quienes entendemos su dolor su pérdida, aún si lo hemos vivido en carne propia, para quienes no, es aún más complicado.


Comunmente la gente en general suele acercarse, y trata a su manera de dar palabras de aliento pero personalmente he de decir que si no sabes que decirle a alguien en duelo, o en el funeral, lo más sano que puedes hacer ES NO DECIR NADA, en serio NADA!. Lo que menos puede ayudar a alguien que esta sufriendo de esa manera, es escuchar que esa persona que significaba una enorme parte de su vida, su mundo, su amor "Se encuentra en un mejor lugar" o si estaba enfermo " que ya está descansando, en paz" " que fue la voluntad de Dios" o escuchar que debe "echarle ganas", entiendo que no tienen ni idea de lo que se siente estar en el lugar del otro, pero a veces este tipo de frases populares hacen más daño que bien, me recuerdo 7 años atrás en el funeral de mi papá escuchando este tipo de frases de todo el que se me acercaba y recuerdo que sólo podía pensar ¿ es, en serio? o No entiemdes nada verdad? o chinga tu madre con tu ya está en paz, lejos de mostrarme su símpatia, preocupación o sus ganas de hacerme sentir mejor, me hacían sentir que estaba aun más sola lidiando con algo que nadie entendía, me hacían sentir que perder a mi padre era algo poco relevante que tenía que pasar o superar o dejar atrás, como si fuera cuestión de solo quererlo y me sientiera normal por arte de magia, me hacían sentir maás e nojo hacia lo que paso y hacia quienes me decían esas frases triaviales, en lugar de decir estas frases insensibles, puedes no decir nada, darle espacio a quien sufre de que hable si lo necesita, sin juzgarlo sin decirle que las cosas van a mejorar, Y sobre todo sin decirle que no te gusta verlo mal, que no llore, que no se derrumbe, y ¿porqué no habría de hacerlo?, sólo escucharlo y de no ser así, ofrecerle una caricia, un abrazo o tu propia ayuda. Cómo lo mencione antes las cosas se detienen el shock te ataca y nada tiene sentido, pero es necesario hacerse cargo de trámites, papeleo, testamentos etc que puedes ofrecerte a hacer por quien no tiene cabeza para hacerlo, puedes ofrecer ayudar con labores de su casa, llevando comida, dando real y genuino apoyo.


Recuerdo que en mi proceso leí un libro que alguien me regalo, que me ayudo a desahogarme de un psicólogo conocido Jorge Bucay, porque vivimos en una cultura que no te permite demostrar que estas triste y quisiera compartir aquí una carta del libro que todo aquel que no lo ha vivido y quiere saber como apoyar a otro en duelo debería leer:

CARTA A MI MEJOR AMIG@

Por favor, quiero que sepas que yo necesito que me sostengas. Aunque no te lo diga y aunque a veces te diga que no. Puede que por el momento no sea capaz de pedirte ayuda porque estoy bastante aturdida, pero siempre preciso saber que estas ahí. Debes saber que yo no espero que me hagas sentir bien ni que hagas que desaparezca mi pena. En este momento nadie puede. Lo que necesito es que me ayudes a calmarme, que aceptes mi dolor y que seas tan sabio como para soportar tu impotencia cuando no te dejo ayudarme. Si no puedes llamarme porque no soportas tu dolor o no quieres aguantar el mío, dímelo. Yo lo voy a entender mejor que si pusieras excusas de todo tipo. Espero que puedas entender mis enojos y perdonar mis exabruptos. No eres tú, ni los demás los que me enojan. Es saber que he perdido para siempre a quien más quería. No trates de evitar mis lágrimas. Verme llorar puede ser duro para ti, pero es un modo saludable de expresar un poco de mi pena. Te aseguro que llorar es bueno para mí, por eso cuando me encuentres llorando siéntate a mi lado y dejame llorar al tuyo, ese será un gran consuelo. No trates de conformarme comparando mi pérdida con otras peores. Mi pena es mía e intransferible. No me digas que lo que sucedió fue "porque Dios lo quiso". Oír eso no me consuela en este momento y solo agrega confusión y desolación a lo que siento. No me digas que "fue lo mejor que podía pasar" porque sé que no es verdad. No me digas "me imagino como te sientes". Nadie puede. En todo caso, por favor, preguntame cómo me siento hoy y yo trataré de contarte. No me digas que "deje esto atrás, que olvide y que siga adelante con mi vida". Esta es mi vida. Y entiendeme si no puedo compartir los momentos felices que estás viviendo. Me gustaría poder. Si quieres de verdad hacer algo conmigo, intenta ofrecerme encuentros especificos... un almuerzo, una tarea hogareña, una hora libre. Yo estoy demasiado herida para poder pensar más allá de hoy o para decidir un programa atractivo. Necesito hacer el duelo, sabes. Necesito ser yo, y necesito olvidar. Quiero sólo encontrar una manera de recordar en paz. Te pido que me abraces, que me toques el pelo y que digas que cuento contigo, que puedes cuidarme y que quieres acompañarme en este camino. El camino de las lágrimas, tan árido y fantasmal. Finalmente, amig@ querid@, te ruego que aceptes mi duelo sin interferir y que admitas mi sufrimiento sin resistencias. Yo siempre recordaré el amor sanador que me ofreciste.


Esta es una pequeña manera de ayudar o de hacerle ver a quien quiere ayudarte cómo hacerlo, sin interferir sin juzgar y haciendo sentir al otro que puedes darle tu apoyo.


Mas información sobre duelo y terapia psicólogica individual, de pareja y familiar en:





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